Cómo hacer un Injerto de Pistacho

El pistacho es una de las variedades de plantas más rentables. No es de extrañar, ya que son difíciles de plantar y sus frutos son deliciosos, por lo que realizar un injerto de pistacho puede ser una opción estupenda para ti si quieres rentabilizar esta planta.

Sin embargo, el pistacho es una variedad sensible y muy exigente, por lo que tendrás que saber cuándo y cómo realizar el injerto de pistacho si quieres que tenga éxito. Por eso, en este post te voy a contar todo lo que necesitas saber sobre el injerto de pistacho.

¿Cuándo y dónde realizar un injerto de pistacho?

La zona donde se va a ubicar la plantación del pistacho debe ser adecuada en cuanto a clima y suelo. El pistacho florece entre el 20 y 30 de marzo en sus variedades más tempranas, y el 15 de abril en sus variedades más tardías. A partir de esas fechas, no conviene que se registren temperaturas por debajo de los -2ºC, considerado el umbral de resistencia de sus flores.

También debes tener en cuenta que las lluvias primaverales o un exceso de humedad relativa durante la floración del pistacho pueden perjudicar la polinización. Esto puede convertirse en un factor delimitante si las posibilidades de que se produzca este fenómeno cada año fueran relativamente elevadas.

La humedad ambiental durante el verano también es negativa, sobre todo a medio y largo plazo, ya que el pistacho es una planta muy sensible a enfermedades causadas por hongos. Esto puede ocasionar grandes pérdidas en la producción.

En cuanto al suelo, el pistacho requiere de suelos ligeros, como francos o francos arenosos. En los suelos arcillosos el pistacho no se encontrará cómodo, lo que reducirá su desarrollo de forma considerable. Del mismo modo, cuanto más profundo sea el suelo y menos posibilidades existan de que se produzcan encharcamientos mejor.

Así pues, las zonas más óptimas para realizar la plantación del pistacho son aquellas con inviernos fríos, veranos calurosos y una humedad ambiental baja, con un mes de abril (que es cuando se da la floración) poco lluvioso y con riesgo mínimo de helada. Esto en todo tipo de suelos a excepción de los arcillosos y los que puedan encharcarse en alguna época del año.

¿Cómo elegir el portainjerto al hacer un injerto de pistacho?

El pistachero, como la mayoría de especies frutales, debe insertarse en un portainjerto. Con esto, además, se consigue mayor rusticidad y se eleva la resistencia a plagas o enfermedades. El portainjerto más utilizado para realizar el injerto del pistacho es el cornicabra, charneca o terebinto, cuyo nombre científico es Pistacia Terebinthus.

También puedes utilizar otros portainjertos, como el atlántica (Pistacia Atlantica), el integérrima (Pistacia Integerrima) o el UCB, un híbrido americano obtenido de la polinización cerrada entre la Pistacia Integerrima y la Pistacia Atlantica.

En zonas peninsulares, como Castilla La Mancha, se recomienda usar la variedad de terebinto como portainjerto ya que se trata de una especie autóctona que se adapta muy bien a condiciones edafoclimáticas. Además, ofrece interesantes producciones y un elevado grado de productividad en secano. Se trata de una variedad de buena rusticidad y con una excelente afinidad con diferentes cultivares.

A la hora de elegir este pie, ten en cuenta que las cornicabras procedentes de zonas cálidas pueden verse perjudicadas por los fríos primaverales. Sólo en aquellas zonas donde los fríos del mes de marzo no sean demasiado intensos podría ser una buena opción la plantas con estas características.

¿Cómo hacer un injerto de pistacho?

Para realizar el injerto de pistacho, primero debes preparar bien el terreno. Para ello, en el terreno donde vayas a poner los árboles, uno o dos meses antes de la plantación debes dar un pase cruzado de “topo” o “subsolado” para romper la posible resistencia del suelo al posterior despliegue radicular.

Unos días antes de la plantación, realiza un “marqueo” dando un pase de vertedera sobre la línea donde colocarás los árboles, señalando posteriormente con estaquillas los lugares donde se plantarán los portainjertos.

Ahora, el terreno está preparado para plantar el portainjerto siguiendo estos pasos:

Ve quitando las señas para dar un "golpe" de azada, extraer el portainjerto del alvéolo y colocarlo en el pequeño hoyo. La profundidad debe ser la misma que trae el árbol del recipiente.

Tapa y da un riego para asentar la tierra que rodea el "cepellón". Si no se dispone de infraestructura de riego se tendría que regar con una cuba cisterna.

No será necesario el abonado hasta que los árboles adquieran una edad de entre 5 o 7 años.

Realizada la plantación, cuida la planta durante el periodo de crecimiento para que alcance el diámetro adecuado para llevar a cabo el injerto al año siguiente.

En cuanto a los cuidados que deberás llevar a cabo para cuidar el injerto:

Riega el portainjerto cada diez días con unos 10 o 20 litros de agua durante los meses de verano y en primaveras poco lluviosas, evitando la excesiva proliferación de malas hierbas y procurando que el terreno permanezca constantemente húmedo.

Cuando el injerto haya prendido, puedes dejar de regar si quieres realizar un mantenimiento en secano.

Realiza una escarda a base de varios pases (cuatro o cinco) de cultivador entre calles y emplea una desbrozadora o azada en las zonas más cercanas al tronco de los portainjertos.

Por fin, es hora de realizar el injerto de pistacho. Con un pie de unos 8 milímetros de diámetro ya se puede realizar el injerto. Comienza lo más alto posible y ve realizando el siguiente más abajo cada veinte días aproximadamente, y sólo si la yema del injerto anterior se ha secado, se ve "resquebrajada" o está en mal estado.

El periodo óptimo para realizar el injerto va desde primeros de julio hasta finales de septiembre, en pleno movimiento de savia. El tipo de injerto de pistacho más utilizado es el de escudo o en forma de T, o de yema. Un buen momento para hacerlo sería en el mes de junio, aunque en ese momento muy pocas yemas de la vareta están maduras.

Cuando el portainjerto tiene dos o tres años suele ser el momento ideal para ser injertado ya que el crecimiento es más continuo que cuando ya alcanza los tres o cuatro años de edad.

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